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Las leyendas Urbanas son historias que siempre comienzan con algo así como, el amigo de un amigo me contó (ADUA), tratan sobre hechos relevantes (o no) que sucedieron en algún lugar próximo al lugar donde vivimos (o no), y que el tiempo va transformando y llevando de boca en boca hasta llegar a nuestros oídos como un hecho real (porque que sepais que lo son) que ha sucedido a alguien que no conocemos directamente pero que alguien a quien conoce alguien que conoce alguien a quien conocemos le pasó. Y una ciudad tan peculiar y variopinta como lo es Fuenla, no iba a ser menos, he aqui una pequeña muestra del folklore cuentil que pulula por las calles de esta nuestra ciudad.
¿Conoces la historia del perro de la Avanzada? el otro día apareció en el Mercado de fuenlabrada una noticia que me puso los pelos de punta, venia en la sección de sucesos del municipio, un niño al que habían regalado para su cumpleaños una piñata con forma de perro al llegar a casa mató a su propio perro a palos porque creía que tendria caramelos dentro.
¿Todos conocemos el circo que todos los años se instala en el descampado del Arroyo verdad?,el caso es que las pasadas navidades una niña paseaba por entre las jaulas de los animales con un bocata de nocilla en la mano y uno de los elefantes que estaban enjaulados estiro la trompa y la comió una mano, esto me lo contó el amigo del hermano de una amigo mío que vive en el bloque de enfrente de donde ponen el circo.
Esto es una historia real, mientras volvía en mi coche entrando por la carretera que va al barrio del Naranjo pude ver como un coche que venía en direcció opuesta a la mía se detenía un tipo salía del vehículo, empezaba a increpar a una joven que se encontraba dentro y la arrebataba un bolso que tras colocarlo contra una pared se dedico a darle cabezazos, de dentro del bolso salía un sonido de MIAU MIAU, mientras tanto la chica gritaba como histerica desde dentro del vehiculo. Yo por mi parte pasé al coche y nunca más supe de la chica ni del coche ni del gato.
La amiga de una amiga me contó que el otro día que estaba volviendo para casa cruzando el parque de la paz a altas horas de la madrugada al volver de la plaza, cuando escucho un sonido tras el anfiteatro del parque, siguió su camino por entre los arboles y sintió que algo se movía tras ella y pudo ver unos arbustos que se movían, sin pensarselo dos veces aligeró el paso para cruzar el parque cuanto antes, pero no pudo evitar girar la cabeza y entonces pudo ver escondida entre la maleza la silueta de un lince que la observaba desde la oscuridad.
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